Indice de contenidos
- 1 Introducción
- 2 Relevancia de los gestores públicos
- 3 I. La Profesionalización de los Gestores Públicos
- 4 Situación actual de la profesionalización en el Perú
- 5 II. La Formación de los Gestores Públicos
- 6 ¿En qué materias o temas se deben formar los gestores públicos?
- 7 ¿Qué implica la formación de los gestores públicos?
- 8 ¿Quiénes ofrecen formación para gestores públicos?
- 9 Desafíos que enfrenta la formación de gestores públicos
- 10 ¿Cómo se pueden formar a los gestores públicos?
- 11 III. ¿Cuál es el más adecuado: ¿Profesionalización o Formación?
- 12 Anotaciones
Introducción
La profesionalización y la formación de los gestores públicos son pilares fundamentales para construir una administración estatal eficiente, transparente y orientada al ciudadano.
La gestión pública en el Perú enfrenta desafíos complejos que demandan profesionales altamente capacitados y comprometidos con el desarrollo del país. Este artículo fue elaborado en colaboración con Gemini IA de Google y la edición de Esteban Miguel.
Relevancia de los gestores públicos
El verdadero gestor público impulsa el desarrollo y maneja los recursos del país enfrentando nuevos retos todos los días, con el fin de lograr el bienestar social.
Por ello, mantener una actitud objetiva es básico para tratar con diversas entidades; de este modo, el gestor público podrá enfocarse en las necesidades ciudadanas e inspirar confianza de tal manera que, la población no se vea afectada entre cambios de gobierno.
El buen gestor público sabe cómo gestionar los elementos internos y externos de las organizaciones públicas, con la única prioridad de satisfacer las necesidades y expectativas de la población. Es relevante porque:
i. Orienta a la población. Comunica a la población los objetivos de cada uno de los proyectos que lidera. Se refiere a la guía, información y apoyo que se brinda a los ciudadanos para que puedan comprender y participar en diversos procesos, especialmente en aquellos relacionados con el Estado y sus servicios.
Esto puede incluir información sobre sus derechos, deberes, políticas públicas, y cómo acceder a los servicios estatales.
ii. Se adapta a los nuevos paradigmas. Tiene capacidad para adaptarse a nuevas estructuras organizativas y metodologías para resolver problemas que permitan contribuir con el país y el bienestar de los ciudadanos.
Tiene habilidad para acoplarse a nuevos métodos y técnicas para realizar los planes y proyectos para cubrir las necesidades de la ciudadanía.
Adaptarse a nuevos paradigmas implica cambiar la forma en que se percibe el mundo y se toman decisiones. Esto requiere una apertura a nuevas ideas y perspectivas, así como la disposición a cuestionar las creencias y conocimientos previos.
iii. Se centra en resultados tangibles. Significa que se enfoca en acciones y esfuerzos para obtener resultados concretos y medibles, en lugar de simplemente completar tareas y actividades.
Esto implica priorizar el trabajo que contribuye directamente a los objetivos clave y utilizar métricas específicas para evaluar el progreso y el éxito. Se centra en resultados tangibles en función a las necesidades, productos o servicios que los ciudadanos esperan recibir.
Los resultados tangibles son evidencia de progreso, son pruebas de que las ideas y decisiones tomadas no son solo figuras de su imaginación, sino planes reales y procesables que permiten avanzar.
iv. Es honesto. El gestor público habla y actúa con sinceridad, muestra respeto hacia los demás y uno mismo. No miente, no engaña, no roba o no hace trampas, y tiene integridad y conciencia de sí mismo.
La honestidad es un valor humano fundamental para la convivencia y el desarrollo personal. Es la base de la confianza en uno mismo y en los demás. El gestor es una persona honesta y se le considerada auténtico, transparente y coherente en sus palabras y acciones.
Administra los recursos de manera transparente. Se compromete con la honestidad y la rendición de cuentas, tanto de los recursos invertidos como de su desempeño.
v. Se innova constantemente. Mantiene un proceso continuo de introducción de nuevas ideas, productos, servicios y métodos de trabajo para mejorar la eficiencia, adaptabilidad y competitividad de la organización en favor de la población.
Aplica la filosofía de implementar la mejora continua y la búsqueda de soluciones innovadoras para los desafíos actuales.
I. La Profesionalización de los Gestores Públicos
La profesionalización es un concepto «paraguas», de entre las diversas definiciones que cita al autor adopto la que implica «la contratación de personal, con componentes de consistencia en conocimientos, experiencia, criterio, capacidad de juicio técnico, conciencia y compromiso ético» [1].
R. E. Valenzuela en artículo mencionado, dice que la “profesionalización vía un servicio civil», se define como la gran asignatura pendiente en la región latinoamericana, donde aún predomina la improvisación, que deviene de la sustitución de funcionarios públicos (incluso gerentes y directores) en cada cambio de gobierno.”
En un contexto donde la política se ve cada vez más influenciada por el populismo, es crucial recordar la importancia de la profesionalización de los gestores públicos. Jonathan Rauch y Benjamin Wittes, en su trabajo “More Professionalism, Less Populism: How Voting Makes Us Stupid, and What to Do About It” (Center for Effective Public Management al Brookings, mayo 2017), abordan esta problemática y proponen soluciones basadas en la intermediación y el fortalecimiento de instituciones. [2]
La profesionalización de los gestores públicos es el proceso mediante el cual la actividad de la gestión pública se consolida como una profesión con estándares definidos de conocimientos, habilidades, ética y trayectoria profesional.
La profesionalización de los gestores públicos es clave para mejorar la eficiencia, la transparencia y la capacidad de respuesta de las entidades públicas ante los retos actuales.
La profesionalización de los gestores públicos implica dotar a la administración pública de personal altamente calificado y capacitado, con conocimientos técnicos, experiencia y compromiso ético, para que pueda cumplir eficazmente con sus funciones de forma eficiente y transparente.
Esto se traduce en una mejor gestión de recursos, la implementación de políticas públicas más efectivas y la mejora en la calidad de los servicios públicos ofrecidos a la ciudadanía.
La idea central de la profesionalización es que los gestores públicos, eje responsable de la administración del gobierno, debe ser un elemento de alto nivel técnico, en el cual el gestor público profesional sea determinante para el buen funcionamiento, puesto que sus competencias técnicas siempre serán necesarias para el buen desempeño del Estado y, para la implementación de sus políticas.
En suma, la profesionalización es un componente esencial para construir sociedades más justas, equitativas y sostenibles.
Implica además la existencia de:
- Marcos normativos claros: Leyes y regulaciones que definen los perfiles, las formas de acceso, la evaluación del desempeño, la progresión en la carrera y los derechos y deberes de los gestores públicos.
- Sistemas de mérito: Mecanismos transparentes y objetivos para la selección, el ascenso y la permanencia en los cargos públicos, basados en la capacidad y el rendimiento.
- Códigos de ética y conducta: Conjuntos de principios y normas que guían el comportamiento de los gestores públicos, promoviendo la integridad y la rendición de cuentas.
- Asociaciones profesionales: Organizaciones que agrupan a los gestores públicos, fomentan el intercambio de conocimientos, promueven la actualización profesional y velan por los intereses de la profesión.
- Reconocimiento social: Valoración por parte de la sociedad del rol fundamental que desempeñan los gestores públicos en el desarrollo del país.
La profesionalización de los gestores públicos no es un concepto abstracto; se materializa en la forma en que cada gestor público desempeña sus funciones. Comprender las implicaciones éticas, legales y de buen gobierno específicas para su rol es crucial para:
- Fortalecer la rendición de cuentas individuales: Cada gestor público debe ser consciente de sus responsabilidades y las consecuencias de sus acciones.
- Promover una cultura de integridad en todos los niveles: La ética no es un principio general, sino una guía para la toma de decisiones en el día a día.
- Mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios: Un gestor público que comprende su rol dentro del marco legal y ético está mejor equipado para tomar decisiones informadas y responsables.
- Aumentar la confianza ciudadana: Cuando los gestores públicos actúan con profesionalismo y ética en sus roles específicos, se fortalece la confianza en la administración pública.
Situación actual de la profesionalización en el Perú
Si bien en el Perú se han realizado avances importantes con la Ley del Servicio Civil (Ley N° 30057) y la creación de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR), la profesionalización de los gestores públicos aún enfrenta retos significativos. Estos incluyen:
- Implementación incompleta de la Ley del Servicio Civil: La transición al nuevo régimen ha sido gradual y aún existen entidades públicas que no se han adecuado completamente.
- Debilidades en los sistemas de mérito: En algunos casos, persisten prácticas clientelistas o influencias políticas en los procesos de selección y ascenso.
- Necesidad de fortalecer la ética pública: Si bien existen normas, es fundamental promover una cultura de integridad y sancionar de manera efectiva las conductas inapropiadas.
- Limitada participación y fortalecimiento de asociaciones profesionales: El desarrollo de organizaciones sólidas que representan y apoyan a los gestores públicos aún es incipiente.
- Percepción social a veces negativa: La imagen de los gestores públicos puede verse afectada por casos de corrupción o ineficiencia, lo que dificulta el reconocimiento de la profesión.
II. La Formación de los Gestores Públicos
La formación se refiere al conjunto de procesos educativos y de capacitación diseñados para desarrollar las competencias necesarias para un desempeño efectivo en la gestión pública.
La formación de los gestores públicos se aborda a través de programas especializados ofrecidos por instituciones, tal como la Escuela Nacional de Administración Pública (ENAP) y las universidades. Estos programas buscan fortalecer las capacidades de los gestores públicos en temas de gestión, administración y políticas públicas.
¿En qué materias o temas se deben formar los gestores públicos?
Un asunto fundamental en el eje de la formación de los gestores públicos se relaciona con el qué, es decir, qué temas o materias deben ser desarrolladas o abordadas por los programas de formación de los gestores públicos.
Es relevante señalar que la formación generalista, propia de todo individuo que pretende liderar equipos, y la específica del ámbito donde se desempeña, p. ej. salud, economía, adquisiciones y contrataciones, programas o proyectos sociales o económicos, etc., se debe complementar con materias y aspectos propios de las expectativas y estándares actuales de la gestión pública.
Son relevantes dos visiones complementarias. A partir del trabajo de O’Leary y Bingham [3], se puede plantear que uno de los temas claves y esenciales del actuar de los gestores públicos en lo sucesivo será el trabajo colaborativo.
Las primeras autoras citadas ocupan el concepto de “gestor público colaborativo” (collaborative public manager) [4], el cual se definiría como el sentido esencial al que se debería orientar a los gestores públicos.
¿Qué implica la formación de los gestores públicos?
- Formación inicial: Programas académicos a nivel universitario y de posgrado (maestrías, doctorados) en áreas relevantes para la gestión pública como administración pública, políticas públicas, economía, derecho administrativo, gestión de proyectos, etc.
- Formación continua: Cursos, talleres, seminarios, diplomados y otras actividades de actualización y especialización dirigidas a gestores públicos en ejercicio para mejorar sus conocimientos y habilidades en áreas específicas.
- Desarrollo de habilidades blandas: Programas que fomentan el liderazgo, la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, la negociación, la resolución de problemas y la inteligencia emocional, cruciales para la interacción y el logro de objetivos en el sector público.
- Uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC): Capacitación en el uso de herramientas digitales para mejorar la eficiencia, la transparencia y la participación ciudadana en la gestión pública.
¿Quiénes ofrecen formación para gestores públicos?
En el Perú existe una oferta diversa de instituciones que brindan formación para gestores públicos, incluyendo:
- Universidades públicas y privadas: Ofrecen programas de pregrado y posgrado en áreas relacionadas con la gestión pública.
- Escuelas de gobierno: Instituciones especializadas en la formación y capacitación de funcionarios públicos, como la Escuela Nacional de Administración Pública (ENAP) de SERVIR.
- Centros e Instituciones de capacitación y consultoras: Ofrecen cursos y talleres especializados en diversas áreas de la gestión pública.
- Organizaciones internacionales: Brindan programas de formación y asistencia técnica en temas de gestión pública y desarrollo.
Desafíos que enfrenta la formación de gestores públicos
A pesar de la oferta existente, la formación de gestores públicos en el Perú enfrenta desafíos como:
- Articulación entre la oferta formativa y las necesidades del sector público: Es necesario asegurar que los programas académicos y de capacitación respondan a los requerimientos reales de las entidades estatales.
- Calidad y pertinencia de los programas: Se requiere una revisión constante de los contenidos y las metodologías de enseñanza para garantizar su calidad y relevancia.
- Acceso equitativo a la formación: Es importante facilitar el acceso a oportunidades de formación a gestores públicos de todas las regiones del país y de diferentes niveles jerárquicos.
- Evaluación del impacto de la formación: Se necesita medir la efectividad de los programas de formación en el desempeño de los gestores públicos y en los resultados de la gestión estatal.
¿Cómo se pueden formar a los gestores públicos?
Cristian Humberto Pliscoff Varas en su artículo “Tendencias e innovaciones en la formación de gestores públicos en América Latina” [5] menciona tres ejemplos de método docente como un aporte para la reflexión sobre cómo se pueden formar a los gestores públicos.
1. Aprendizaje y servicio (A+S). Es una estrategia pedagógica con un sentido y orientación particular que genera interacción entre estudiantes y la comunidad con un sentido formativo [6]. Esta interacción se orienta a generar un proceso de aprendizaje donde se pueda relacionar lo que se aprende en aula con una realidad social determinada, es una pedagogía que trata de acercar el proceso formativo a una realidad determinada.
Los estudiantes desarrollan los contenidos del diseño, gestión y evaluación de proyectos, p. ej. apoyando a municipios u otras organizaciones públicas en la mejora o desarrollo de proyectos concretos. Se hace realidad lo propuesto por Denhardt [7] como uno de los grandes desafíos de la educación de la gestión pública, “el conectar teoría con práctica en un contexto definido.”
2. Estudios de casos. Se trata del estudio de caso como fuente de reflexión y aprendizaje.
Esta innovación implica un ajuste a, cómo se debe enseñar y reflexionar sobre el aprendizaje en la gestión pública. El estudio de caso, es el uso de una situación, acción, materia, proceso o intervención organizacional, claramente definida, para ilustrar alguna problemática relevante en un contexto de aprendizaje.
Permite destacar algún tipo de intervención exitosa en un contexto dado, así como también puede mostrar un fracaso que permita entender los factores que llevaron a esa situación; porque los que trabajan en el sector público deben desarrollar sus capacidades y habilidades, cotejando las teorías en contextos organizacionales concretos. Por ello, el estudio de caso permitirá a los gestores públicos testear y adecuar las teorías a realidades concretas, construyendo nuevos aprendizajes significativos y formular y aplicar soluciones a las situaciones problemáticas debidamente contextualizadas; lo que les permitirá desarrollar su sentido crítico, su orientación y criterio a partir de la reflexión.
3. Formar líderes para la nueva gobernanza pública. Un liderazgo abierto, transformador, receptivo, que se adelanta a los problemas; es decir, un liderazgo para la nueva gobernanza. Formarlos en un tipo de liderazgo pertinente y adecuado a los nuevos desafíos.
El liderazgo para la nueva gobernanza surge como una innovación pedagógica orientada a formar un liderazgo que nazca de las propias comunidades (organizaciones) donde se analiza el fenómeno. Ospina S., propone que para lograr un nuevo tipo de liderazgo se necesita desarrollar en los estudiantes “las tecnologías de gestión, prácticas de liderazgo y tareas sustantivas” [8].
El método se sostiene en el criterio que, no se podrán cambiar las formas en que se relacionan las instituciones públicas con sus usuarios, si entre los trabajadores de las instituciones públicas no se desarrolla un tipo de liderazgo que incluya, respete y sume voluntades para una mejor gestión pública.
III. ¿Cuál es el más adecuado: ¿Profesionalización o Formación?
La respuesta no es una u otra, sino ambas son intrínsecamente necesarias y se complementan mutuamente.
- La profesionalización crea el marco y los incentivos para que la formación sea valorada y utilizada. Un sistema de mérito y una carrera pública clara motivan a los gestores a invertir en su desarrollo profesional y a aplicar los conocimientos adquiridos.
- La formación proporciona las herramientas y las competencias necesarias para que los gestores públicos puedan desempeñar sus funciones de manera efectiva y contribuir a la profesionalización de la gestión pública. Los gestores públicos bien formados son más propensos a actuar con ética, eficiencia y transparencia.
Un sistema de gestión pública sólida y eficiente requiere un enfoque integral que aborde tanto la profesionalización como la formación de los gestores públicos de manera simultánea y coordinada. Esto implica:
- Fortalecer el marco normativo de la profesionalización: Consolidar la implementación de la Ley del Servicio Civil, fortalecer los sistemas de mérito, promover la ética pública y apoyar el desarrollo de asociaciones profesionales.
- Mejorar la calidad y pertinencia de la formación: Articular la oferta formativa con las necesidades del sector público, actualizar los contenidos y las metodologías, facilitar el acceso equitativo y evaluar el impacto de la formación.
- Crear una cultura de aprendizaje continuo: Fomentar la inversión en el desarrollo profesional por parte de las entidades públicas y los propios gestores.
- Promover la colaboración entre instituciones: Establecer alianzas estratégicas entre universidades, escuelas de gobierno, el sector público y organizaciones internacionales para fortalecer la profesionalización y la formación.
En conclusión, la profesionalización y la formación no son elementos aislados, sino dos caras de la misma moneda en la búsqueda de una gestión pública de calidad en el Perú. Invertir en ambos aspectos de manera estratégica y coordinada es fundamental para construir un servicio civil meritocrático, eficiente, ético y orientado al servicio de los ciudadanos.
El camino hacia una gestión pública más efectiva y confiable pasa por reconocer la importancia de contar con profesionales competentes y comprometidos, respaldados por un marco institucional sólido y oportunidades de desarrollo continuo.
Información más amplia sobre el tema de la profesionalización o formación de gestores públicos, el lector podrá encontrarla en el libro «Professionalisation or training of public managers?: Reflections on capacity building for public managers based on certifications from Minas Gerais and the United States».
Libro recomendado: ¿Profesionalización o formación de gestores públicos?: Reflexiones sobre el desarrollo de capacidades de gestores públicos a partir de certificaciones de Minas Gerais y Estados Unidos.
Tapa blanda – 20 de marzo de 2023, de Lilian Bambirra de Assis (Autora), Número de páginas: 196, ISBN-10: 6205810530, ISBN-13 : 978-6205810538, idioma: inglés, dimensiones: 5.91 x 0.45 x 8.66 pulgadas.
El propósito de este libro es contrastar la noción de profesionalización con lo que debería ser la formación del gestor público en el sentido adorniano, y verificar si la profesionalización conduce o no a la gestión social. Uno de los grandes retos para una gestión más democrática radica en la profesionalización o formación de los servidores públicos, que son efectivamente los responsables de generar y mantener el cambio en una dirección transformadora.

Anotaciones
[1] Artículo “Rafael Martínez Puón (2013), La profesionalización de la función pública: ideas para Latinoamérica”, p.32, comentado por Rafael E. Valenzuela Mendoza, en Región y sociedad vol.27 no.62 Hermosillo ene./abr. 2015, recuperado de https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-39252015000100011#:~:text=La%20profesionalizaci%C3%B3n%20es%20un%20concepto,32).
[2] La Importancia de la Profesionalización en la Gestión Pública: Menos Populismo, Más Profesionalismo, recuperado de https://elecciones.mx/la-importancia-de-la-profesionalizacion-en-la-gestion-publica-menos-populismo-mas-profesionalismo/, mayo 31, 2024
[3] O’Leary, R., & Bingham, L. B. (Eds.). (2009). The collaborative public manager: New ideas for the twenty-first century. Georgetown UniversityPress) y de Osborne (Osborne, S. P. (Ed.). (2010). The new public governance: Emerging perspectives on the theory and practice of public governance. Routledge.
[4] Un gestor público colaborativo es un profesional cuyo modelo de gestión enfatiza la participación y colaboración de diferentes actores públicos, privados y de la sociedad civil para abordar problemas públicos y lograr objetivos de manera conjunta. Este enfoque busca aprovechar el conocimiento y recursos de múltiples de partes interesadas (stakeholders) para mejorar la eficiencia y efectividad de la gestión pública.
Ansell & Gash (Ansell, C. y Gash, A. (2007.Gobernanza colaborativa en teoría y práctica. Revista de Investigación y Teoría de la Administración Pública, 8, 543-571. http://dx.doi.org/10.1093/jopart/mum032. Citado en artículo “La Gestión Pública Colaborativa y el Compromiso Organizacional. Organizaciones del sector público del Estado de México” de RECAI Revista de Estudios en Contaduría, Administración e Informática, vol. 7, núm. 20, 2018. UAM), afirman que la gestión pública colaborativa es un acuerdo de gobierno para trabajar en un proceso de toma de decisiones de manera colectiva que tiene como objetivo establecer, implementar o administrar políticas públicas.
[5] XXI Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública. Santiago, Chile, 8 – 11 nov. 2016). www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con5_uibd.nsf/7F651B51FC6D0344052581BC006D5A3E/$FILE/pliscoft.pdf.
[6] Gelmon, S., Holland, B., Driscoll, A., Spring, A., & Kerrigan, S. 2001. Assessing the Impact ServiceLearning and Civic Engagement.
[7] Denhardt, R. B. (2001). The big questions of public administration education. Public Administration Review, 61 (5), 526-534.
[8] Ospina, 2014: 85. “Formación de Líderes para la Gobernanza Democrática: La experiencia del Centro de Investigación para el Liderazgo para la Acción”. En Pliscoff, C. (compilador) Enseñanza y aprendizaje de administración y políticas públicas en las Américas. Santiago Rileditores.